El amor del "chico maravilla" Justin Bieber no es del tipo infantil. Sus canciones destilan el primer rubor de la seducción, dulces como para envolver a sus jóvenes fans y acaso también a sus padres, pero con un destello artero en la mirada.
Justin Bieber, de 16 años, es un auténtico bombón adolescente en medio de una estéril era post Jonas Brothers, y un joven dínamo que se hizo esencialmente a sí mismo, no mediante la afiliación a las fábricas de estrellas de Disney o Nickelodeon. No es alegre, es calculador.
El jueves en el Madison Square Garden (su primer concierto público allí, y todo un éxito) se burló de la multitud con relámpagos de directa manipulación emocional, del tipo que hace palidecer a los adultos pero que resulta casi esencial para tener bajo control a los chicos.
"¿Quieren estar cerca de mí?", preguntó antes de encerrarse en una jaula con forma de corazón y circular sobre la gente, seguido por un par de cámaras. "¿Quién quiere ser la novia de Justin Bieber?", pregun- tó más tarde su discjockey. "¿Quién quiere venir aquí para amar a Justin Bieber?".
Hubo un poco para todos, excepto quizás para los padres que se quedaron con las ganas de que sus hijas consiguieran un pase a la fama. Durante la excelente One less lonely girl, Bieber hizo subir a una joven admiradora al escenario y le regaló un ramo de flores. "Te voy a poner primera", cantó. "Te mostraré lo que tú mereces".
Con promesas como esa, ¿quién no querría a Bieber co-mo yerno? Tocó el piano, la guitarra y los tambores, y en un anuncio previo al show se lo vio manipulando un juego Xbox que involucraba a una balsa. Incorporó elementos del tema Heartless de Kanye West en Favorite girl. Fotos de cuando era bebé mostraron que siembre tuvo esos labios. Su pelo estuvo bajo control, un poco menos icónico de lo usual, pero casi.
Cantando y bailando impresionó menos. Bieber tiene el bosquejo del estrellato, pero debe todavía trabajar el color entre las líneas. A menudo canta encorvado y alzando una mano como si se estuviera levantando a sí mismo. Cantó en vivo tal vez el cincuenta por ciento del tiempo (es imposible estar seguro) pero, notablemente, cuando menos aplastado se lo vio por el artificio de producción y la tecnología, mejor sonó. Never let you go y Favorite girl, que acompañó con su guitarra, revelaron la dulce musculatura de su voz (un video clip de un Bieber más joven cantando algo de Justin Timberlake fue sin embargo lo mejor)
El show estaba siendo filmado para un `biopic`, todavía sin título, dirigido por Jon Chu, responsable del reciente Step up 3D. Antes de la actuación, el agente de Bieber, Scooter Braun, dirigió al público en sincronizados gestos con las manos. Los varios miles de jóvenes y sus padres obedecieron debidamente. "Chicos de la seguridad, calienten sus corazones", dijo Braun. "No hace falta que sean tan machos".
ANTECEDENTES. Justin Bieber y Braun no siempre han tenido relaciones tan amables con los guardias de seguridad: Braun fue arrestado en noviembre cuando una presentación de Bieber en un centro comercial de Long Island se volvió caótica. Pero el tiempo en que los poderes de Bieber se extendían únicamente a los centros comerciales transcurrieron durante lo que parecen ser eónes atrás, y ya son parte del pasado. Hoy es un fenómeno lo bastante amplio como para haber logrado fijar una idea: cada uno crea el Bieber que quiere.
COLABORACIONES. Después de una conversación con Bieber a través de Twitter el mes pasado, West y él grabaron una nueva versión de Runaway love en la que participó nada menos que Raekwon, la eminencia gris del Wu-Tang Clan, y que sacó a relucir el Ralph Tresvant (una hermosa voz de tenor) que Bieber oculta en su interior. Un productor de música electrónica, Shamantis, extendió el tema de Bieber U smile en un lamento de 35 minutos de duración, lleno de ecos y el rugido del viento. Bieber lo celebró con sus dos pulgares para arriba en Twitter.
Durante el show, Usher, su mentor, se reunió con él para acompañarlo en la interpretación de Somebody to love, mejorando inadvertidamente las debilidades de Bieber como bailarín mediante sus propios movimientos sin esfuerzo, y paternalmente lo acompañó hasta fuera del escenario al final de la canción.
Hubo también durante la noche apariciones de Sean Kingston con Eenie Meenie, Jaden Smith (el hijo de Will) con Never say never, y Ludacris con Baby. De hecho, todas las estrellas invitadas fueron intérpretes negros excepto Miley Cyrus, quien cantó radiantemente el tema Overboard. Acaso la cantante pop contemporánea menos influenciada por el `soul`, Cyrus estableció un interesante contrapunto con Bieber: ella, antigua estrella infantil, actualmente en su tercera o cuarta identidad, cubierta con un llamativo vestido negro y cuidadosamente peinada; él, todavía viviendo su impaciente etapa `naif`. Ella permaneció tranquila incluso cuando él se empeñó en agarrarla del brazo.
Adolescente de la web con buena base musical
No todo el enorme poder de gancho que ha tenido Bieber en Internet ha sido para bien. El mes pasado escribió en Twitter el número de teléfono de un adolescente que había intervenido el teléfono de un amigo suyo, pero lo publicó como si fuera el suyo. Bieber luego publicitó en You Tube un video muy gracioso de las llamadas que le hicieron al otro muchacho.
Era una broma pesada de adolescentes como venganza a otra broma pesada de adolescentes. Y por encima de todo eso, lo que queda muy claro es que Bieber sabe cómo cultivar a sus seguidores y su propia imagen en la web. "Ese debería ser yo", tal como bautizó a su video, fue acompañado por otros videos caseros donde se veía a mujeres jóvenes cantar la canción junto a él, incluyendo a una vestida de forma muy exótica y llamativa. Esas mujeres, de origen filipino americano, se agrupaban bajo el nombre de Legaci y fueron descubiertas cuando hacían en Internet el cover de Baby, un tema de Bieber. Ellas también habían publicado su video en You Tube.
Era algo así como un gesto de bienvenida. Y en particular era un gesto de bienvenida con un puñado de bits que dieron la impresión de que este espec- táculo de videos en You Tube se había hecho un poco largo.
Junto a las Legaci, Bieber ha interpretado casi todo su pequeño catálogo de canciones, que van desde las que estaban en el EP que editó el año pasado hasta el disco que editó este año, My world 2.0. Entre otras canciones hizo con ellas Up y Down to Earth. Estas dos están entre las canciones más lentas de Bieber, cosa que a veces deja su voz delgada sin protección.
Él se desempeña mejor en las que son más ruidosas, como Bigger, Baby y One time, que son canciones en las que se muestra como un heredero directo de dos décadas y más de rythm and blues, desde Michael Jack-son (cuyas canciones siempre se escuchan antes del inicio de un show de Bieber) hasta New Jack Swing.
La ingeniosa Runaway love suena como si hubiese sido una grabación del viejo grupo de rythm and blues Guy and the Gentle mientras que That Should Be Me suena al estilo de los Boyz II Men. En el caso de U Smile Bieber dio un paso más y consiguió a los verdaderos Boyz II Men para cantar con él. "Mi madre me crió con ustedes, muchachos", les dijo. Fue como un regalo para ella, aunque se permitieron cantar de la forma en que todos se sentían cómodos en el estudio de grabación.
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